Literatura española del Renacimiento
Las relaciones políticas, guerreras, religiosas y literarias entre Italia y España desde la mitad del siglo xv, hicieron que existiera un amplio intercambio cultural entre estos dos países. El papado de dos ilustres valencianos, Calixto III y Alejandro VI, sirvió para estrechar las relaciones culturales entre Castilla, el Reino de Aragón, Cataluña y Roma. En Italia se editaban o traducían las obras literarias españolas de mayor relieve, como el Amadís de Gaula, La Celestina, Cárcel de Amor o las composiciones poéticas de Jorge Manrique e Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, así como las compilaciones de producciones populares como los villancicos y los romances. Otro tanto sucedía en España con obras italianas, como la Jerusalén liberada, de Torcuato Tasso.
Estas relaciones hispano-italianas fueron muy importantes, ya que llevaron a la Península las inquietudes y gustos que propiciaron el Renacimiento español.
Ideología
La mentalidad renacentista responde a la doctrina del humanismo, que se caracteriza por:
- La valoración del mundo grecolatino, en el que se busca una nueva escala de valores basada en el individuo.
- El antropocentrismo; el hombre es el centro del universo, capaz de dominar el mundo y crear su propio destino.
- Se antepone la razón al sentimiento y prevalece el equilibrio, la mesura y la armonía (Áurea mediocritas).
- El nuevo ideal del hombre es el de El cortesano de Congestione, el perfecto caballero hábil como poeta y guerrero.
- Un nuevo ideal de belleza; la naturaleza, la mujer, el amor se presentan idealizadas. Se describe el mundo no como es, sino como debería ser.
La poesía renacentista
La poesía de este período se dividió en dos escuelas: la Salmantina (Fray Luis de León) y la Sevillana (Fernando de Herrera).
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